viernes, 25 de marzo de 2011

Para los Amigazoos

Quien trabaja en pro del bienestar de los animales: mascotas caninos, felinos, equinos y aves; deberá considerar el foco de su actuar dentro del universo de acciones que racionalmente son de esperar en la vida moderna e informarse para que su actuar sea consecuente y responsable.

Debe trabajar en la solución de los problemas que los animales tienen entre sí y con las personas, los problemas que afectan su salud física y mental. Debe interesarse en la preservación de las especies y en que sus interrelaciones sean las que conduzcan al mejor beneficio mutuo, evitando el abuso, el descuido y propiciando la mejora de la calidad de vida de todos los implicados.

Hay animales en estado semisilvestre en las ciudades. Animales abandonados por sus dueños. Animales maltratados de diferente manera: cautivos, amarrados, enfermos, faltos de alimento, utilizados en peleas y obligados a “deportes” infames. Mascotas maltratadas por ignorancia de sus dueños, mal alimentados, tratados indebidamente, sometidos a relaciones estresantes, en espacios inadecuados, golpeados y víctimas de enfermedades físicas y mentales que por ignorancia, pobreza o irresponsabilidad, no se atienden.

Quien dice trabajar por el bienestar de los animales, debe reflexionar sobre esto y ubicar su actuar adecuadamente dentro de la cadena de servicios que se prestan y tratar de que se llenen los vacíos que aun se encuentran.

La buena voluntad no basta, y muchas veces es perjudicial o contraproducente. Quien se interesa en estos temas debe ser capaz de una profunda autocrítica y de una gran capacidad de estudio y de gestión; y sobre todo ser capaz de coordinar actividades con otras entidades similares dejando de lado celos y rivalidades o la hipócrita actitud de lavarnos las manos con lo poco que hacemos, que muchas veces no alcanza ni para satisfacer la vanidad y el ego de quien ejecuta algunas acciones aparentemente benéficas en pro de los animales.

Podríamos coincidir en que los animales tienen unas necesidades primarias, que el hombre por ser responsable de haberlos domesticado, debe satisfacer, entre las cuales enumeramos:

- Alimento.

- Abrigo.

- Salud.

- Reproducción.

Para atender estas necesidades, en el mundo moderno han surgido personajes que podríamos denominar genéricamente: Defensores de Animales, y ellos han creado instituciones denominadas: Sociedades Protectoras de Animales. En su entorno han surgido, Escuelas de veterinaria, albergues, clínicas, escuelas de adiestramiento, centros deportivos, criaderos, fábricas de alimentos, centros de belleza animal, almacenes de juguetes, prendas, herramientas y otros. Muchas de estas instituciones devienen en negocios, no todos responsables y respetables, y en centros de beneficencia que poco ayudan a la solución verdadera de los problemas.

Como puede verse, el hombre, la sociedad, el gobierno y sus instituciones, hacen esfuerzos o desarrollan actividades “a favor de los animales” y sería falso decir que se interesan verdaderamente en solucionar los problemas de los animales. La gran mayoría de las veces son los animales los que les sirven de pretexto para lograr dividendos, para ganar aplausos, para esconder sus propios traumas o para tranquilizar su conciencia.

No pretendo desconocer el esfuerzo e interés auténtico de muchas personas, instituciones e investigadores y es a ellas que va dirigida esta reflexión e invitación a que trabajemos mancomunadamente.

Alimentar, no es quitar el hambre, va mucho más allá y tiene que ver con la nutrición, la especie, la raza, el estado de desarrollo biológico del individuo, la actividad de cada espécimen, sus tareas, destinación, preñez, salud, etc. Pero casi siempre a nuestras horas de comer, le echamos cuido a los animales, y cuando mucho nos fijamos en la cantidad, más por consideración al precio de dichos alimentos, que teniendo en cuenta su calidad y sus necesidades. Y de esa forma nos encontramos con perros desnutridos que comen tres veces al día, con animales obesos con grandes problemas musculo esqueléticos, con fallecimientos tempranos a causa de enfermedades creadas por la ignorancia en el concepto de nutrición de sus dueños.

A la gran mayoría de los ciudadanos, nos alarman los perros y gatos callejeros. A unos por compasión, a otros por salud, a otros por seguridad física y a otros por estética. Y de allí nacieron los albergues. ¿Qué clase de albergue es una jaula atiborrada de perros compitiendo por espacio, por comida, por aparearse, por el liderazgo; revolcándose entre sus eses y contagiando a otros de sus patologías y sus inestabilidades?

Como no existe el albergue ideal, tenemos que concluir que en los albergues que conocemos, en mayor o menor medida, se dan las situaciones que describimos y otras no dichas y todas son susceptibles de mejorar.

En todos los Defensores de Animales y en todas las Sociedades Protectoras de Animales, son patentes los esfuerzos por devolver y mantener la buena salud a sus protegidos, pero difícilmente estos esfuerzos van más allá de la desparasitación interna y externa, unas vacunas y un baño de frecuencia incierta.

La preservación de las razas y de las especies es otra de nuestras preocupaciones. Los criaderos luchan por mantener la pureza de las razas, respondiendo a criterios de moda esparcidos por los medios de comunicación y la publicidad y con pocos criterios y recursos para evitar los problemas derivados de la endogamia. Los refugios, los cosos, los albergues, se esfuerzan por la esterilización de todos los que pasan por sus predios y algunos por su identificación por medio de microchips.

La adopción es una estrategia a que muchos acuden con el fin de evitar el sacrificio innecesario de mascotas. Pero ¿querer tener una mascota, o regalar un perrito a mi hijo o a un anciano solo, será criterio suficiente para entregar a un animal a un nuevo dueño?

La eutanasia tan practicada, ¿se justifica, porque el albergue está colmado o porque tal o cual perro muestra comportamientos agonísticos, ansiosos o está viejo?

El perro es el mejor amigo del hombre, pero no siempre el hombre es el mejor amigo del perro.

Es claro que si nos interesan verdaderamente los animales debemos ir un poco más allá de los que hacemos, pues no podemos negar, que lo que hacemos hasta ahora, se ha convertido en un círculo vicioso que lleva a un cachorro, desde un criadero, hasta un hogar donde es mal criado, descuidada o irresponsablemente alimentado, tratado como si fuera un niño; lo cual genera comportamientos indeseados y peligrosos; maltratado u olvidado y no pocas veces abandonado. Y al ser abandonado va a la calle donde luego de sufrir mil y un infierno, se reproduce instintivamente entes de morir bajo las llantas de un carro o ser recogido por alguien que lo llevará a un refugio donde le espera: unos días de hacinamiento, la castración, una adopción más o menos irresponsable que hará que se repita el ciclo o la eutanasia.

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“Todo ser vivo debe dar su mejor servicio a la preservación de su propia especie”

La expresión anterior, que no es mía, justifica que respetuosamente el animal sea objeto y sujeto de investigación en todos los posibles campos, dentro de estrictos criterios éticos. Es por eso que la academia, las instituciones especializadas, los investigadores y los tenedores de mascotas, debemos desarrollar investigaciones que llenen los grandes vacíos de conocimiento que hoy tenemos.

Podría haberse pensado que el caballo estuvo en amenaza de desaparecer o de convertirse en solo aportador de carne y pieles para el servicios del hombre, luego de inventarse los motores de vapor y eléctricos. Pero no; aparecieron los deportes, la equitación recreativa, el circo y sus delicados espectáculos ecuestres, y un poco más elaborados y altruistas, su utilización como coterapeuta en procesos de tratamiento de múltiples enfermedades y síndromes que padecemos los humanos. Esto ha representado un gran aporte para la preservación de los equinos.

Parangonando esta experiencia a los caninos y otros animales, es posible pensar que hay en los refugios de mascotas, un sin número de especímenes que podrían salvarse de ese círculo vicioso que antes describí, sí juiciosamente nos ocupamos en investigar y aplicar lo obtenido con la investigación, a disciplinas como el deporte, la pedagogía, la dogo terapia, el entrenamiento de ellos como animales de compañía para muchos seres humanos que los requieren, como son los enfermos, los ancianos, los niños, los discapacitados, como lazarillos, o acompañantes de rescatistas, policías, pastores, etc.

Lo común, hasta ahora, es que un perro que entra a un albergue saldrá adoptado por una familia o en una bolsa plástica como deshecho biológico. Esta última alternativa es la que sufren los perros que presentan comportamientos indeseados o los que no son de razas de moda.

Es imperativo trabajar para solucionar:

1. La reproducción descontrolada o irresponsable.

2. La falta de atención en los albergues y en los hogares, por parte de etólogos calificados, a los comportamientos indeseados de los animales, especialmente los perros.

3. La falta de educación de los tenedores de mascotas sobre los aspectos básicos referentes a la alimentación, la salud física y mental, la ambientación y el enriquecimiento ambiental a los alojamientos de las mascotas, al cuidado de sus procesos reproductivos y de sus necesidades derivadas de la edad, raza y especialización evolutiva.

Las páginas de esta revista, los foros, cursos, talleres y conferencias que ofreceremos, estarán permanentemente abiertas a quienes se interesan en los problemas antes enunciados y en aquellos que hemos olvidado. Les invitamos a participar, pues estamos convencidos de que solo el esfuerzo coordinado y mancomunado nos situará en el camino acertado, Hacia la solución de estos problemas inherentes a la mejora de nuestra calidad de vida.

León Montoya Naranjo.

Amigazoo.

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