viernes, 25 de marzo de 2011

Ciencia la llave que abre las puertas del ghetto.

“La ciencia como una luz en la oscuridad”

Carl Sagan

Es hora de cambiar la mentalidad y dejar de pensar que el adiestramiento es un don otorgado a ciertas personas pues en realidad es un método científico que todos podríamos aplicar rigurosamente; desde luego existirán personas más disciplinadas o mas aficionadas al tema y también quienes tengan habilidades personales que faciliten su desempeño; pero adiestrar animales es ciencia, por tanto es cuestión de método.

Es frecuente encontrar adiestradores que guardan con recelo sus técnicas, las cuales, según ellos, no pueden compartir y las atesoran con sumo cuidado, aunque muchas de estas técnicas están basadas en el empirismo y en imaginarios populares y alejadas totalmente de la ciencia. Con base en esto en alguna ocasión me di a la tarea de enseñar a un pez a jugar fútbol y a traer objetos a la mano y de enseñar también a una cacatúa a jugar triqui y a separar colores y alfabetos con el fin de demostrar que un animal puede ser adiestrado sin ser tocado, mucho menos maltratado…no hay otro modo.

Infortunadamente para el perro, su desarrollo filogenético y el hecho de llevar 15.000 años al lado del hombre ha hecho que pueda soportar un mal método e incluso aprender conductas y adquirir discriminativos de personas que no tienen idea de adiestramiento y también de quienes creen tenerla y simplemente maltratan al animal.

Pues bien, es necesario que el trabajo de adiestramiento sea tecnificado, conceptualizado y sistematizado para lograr que la teoría sea contrastada con la praxis de manera congruente.

La importancia de conocer muy bien la teoría es que permite construir métodos propios y resolver problemas muy particulares con cada ser vivo pues cada individuo tiene sus problemáticas muy suyas y cuando repetimos unas técnicas mecánicas sin entender porque lo estamos haciendo somos unos autómatas, el conocimiento nos libera, nos abre la posibilidad de movernos autónomamente en un terreno que hasta ahora es bastante desconocido y ha sido mal abordado.

Sucede exactamente igual que con la receta del pollo azafranado que pasó de generación en generación y siempre le cortaban las puntas de las alas antes de asarlo hasta que alguien se preguntó el porqué de esta técnica culinaria y descubrió que los primeros hornos eran muy pequeños y era necesario recortar sus alas para que el pollo cupiera dentro de ellos.

Abramos nuestras mentes, conozcamos las diferentes disciplinas deportivas…todas tiene mucho que aportar; conozcamos del trabajo que realizan con caballos, con animales marinos, con rapaces, finalmente todo puede nutrirnos. Cuando un entrenador de caballos de alta escuela

considera que el trabajo con perros o con orcas no tiene nada que aportarle y que el suyo es un trabajo ancestral que no necesita innovar ya esta anquilosado…el mundo es de los innovadores, basta con conocer el trabajo de Alexander Nevzorov quien con un cordeo y sin riendas logra adiestrar caballos de alta escuela, además trabajando desde el suelo.

Ahora bien, es importante finalizar este articulo con una reflexión sobre la estrecha relación que siempre ha existido entre ciencia y arte y lo cual se resume en una frase de José Luis Díaz “La inteligencia de las musas” lo cual da cuenta de la importancia de ser metódico, sistemático y disciplinado, conservando una mirada científica aún con aquellos fenómenos que la misma ciencia no ha alcanzado a explicar y que deben ser objeto de investigación.

Eugenio Henao Estrada

Coordinador del Programa de T.A.A.

Fundación Las Golondrinas /Bocalán, Medellín, Colombia.

No hay comentarios: